¿CREES DE VERDAD QUE TUS PECADOS TE SON PERDONADOS?

0 comentarios sábado, 4 de septiembre de 2010
La doctrina del pecado (Harmatologia) va íntimamente ligada on la Doctrina de la Salvacion (Soteriologia) y es por eso que les dejo el siguiente articulo tomado de la revista En la Calle Recta de su numero de Julio Agosto del 2010 Usado con permiso.

En la "Confesión Apostólica", lo que entre la gente católica se le llama el "Credo", se dice: "Creo en el perdón de los pecados". ¿Pero, qué es realmente pecado?


Pecado no es.... que uno no logre lo que se propone. Pecado no es... que uno deje que se rompa algo por descuido. A veces en ciertos ambientes escuchas: "eso es también pecado". Pero eso no es así, porque eso no es precisamente pecado. En la Escritura la palabra "pecado" significa literalmente: "errar el blanco". Una palabra que nos recuerda el mundo de los arqueros. Una flecha se dispara directamente al blanco, pero ...falla el blanco (el objetivo). ¿Cuál es el objetivo (el blanco o la meta) de nuestra vida?: El Señor nos ha creado para que vivamos para Su gloría.

Pero hemos fallado en ese objetivo, cuando por nuestra propia culpa caímos en pecado. Ahora en lo más íntimo sólo deseamos nuestra propia gloria. Esa es la esencia del pecado. Pecado es, pues, que no buscamos la gloria de Dios sino solo nuestra propia gloria.

¿Cómo Dios santo y justo puede perdonar los pecados?

Y Dios es santo y justo. Santo quiere decir: impecable, sin mancha, perfecto. Y justo quiere decir que Él actúa Si justamente. "Y Su justicia exige que el pecado, que se cometió en contra de la suprema Majestad de Dios, también sea castigado con el mayor castigo, que es pena eterna, así en el cuerpo como en el alma". Dios, pues, no puede perdonar los pecados al margen de Su santa justicia. Y a pesar de todo Dios quiere perdonar a los pecadores. ¿Cómo lo puede hacer? Sólo por Su Hijo, el Señor Jesucristo. Él ha enviado al Señor a la tierra para cargar con el castigo por todo Su pueblo. Y Él ha querido hacerlo de buena voluntad. "He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad" (Hebreos 10:9). En la cruz del Gólgota la culpa de Su pueblo ha sido imputada a Él para que fuese un pueblo, libre de culpa y de castigo.

¿Perdona Dios sólo los pecados después del arrepentimiento y conversión?

Pienso que la pregunta no la debemos plantear de esta manera. Porque así se puede dar la impresión de que el arrepentimiento y la conversión son condiciones, que debemos cumplir antes que el Señor perdone los pecados. Pero así no es. Arrepentimiento y conversión no son condiciones para el perdón, sino que son el camino por donde el Señor perdona los pecados.

Porque cuando el Espíritu Santo hace vivir a un pecador muerto espiritualmente, entonces Él obra el arrepentimiento y la conversión. ¿Cómo? Bien, Él "convence de pecado". Eso significa: aprendo a ver que he pecado en contra de Dios santo y bienhechor. Así el Señor produce un sentimiento de pesar por el pecado y al mismo tiempo un anhelo por restablecer la comunión con Dios. Nos identificamos con la confesión de David: "Yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí, contra Ti, contra Ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu Palabra, y tenido por puro en tu juicio" (Salmo 51:4-5). Y con el publicano que dice: "Oh Dios, sé propicio a mí, pecador" (Lucas 18:13). Ese es el camino por donde el Señor perdona los pecados. Y en el que Él da por Su Espíritu testimonio en el corazón, cuando dice: "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Marcos 2:5).

¿Es bueno pensar con frecuencia en tus pecados o podemos olvidarlos, como Dios también los ha perdonado?

Olvidar y perdonar, se menciona a veces al mismo tiempo. Si alguien ha hecho algo en contra nuestra y pide perdón, entonces decimos - o pensamos - a menudo: yo te perdono, pero no lo olvido jamás. Y si de nuevo uno falla se remueve todo lo que ha hecho anteriormente. Entonces nos damos cuenta que ni hemos perdonado ni olvidado. Si en realidad perdonásemos uno al otro, no deberíamos nunca más volver sobre eso. Entonces también se debería olvidar. Así lo quiere el Señor. Porque así lo hace Él. Si perdona, Él también olvida. Nunca más vuelve sobre ello. Él arroja todos esos pecados en lo profundo del mar. Y jamás los vuelve a sacar. Ni se lo reprocha nunca más a Sus hijos. ¿Pero sabes lo que es sorprendente? Aunque el Señor perdone a Sus hijos, ellos no se pueden perdonar a sí mismos. Porque ellos han pecado en contra de un Dios bienhechor. Y eso no se lo pueden perdonar a sí mismos. Por eso tampoco o pueden olvidar. El mismo Pablo nunca 3udo perdonarse el haber perseguido a la iglesia de Dios, aunque le había perdonado todos sus pecados. Por eso no pudo tampoco olvidar y escribe: "Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero" (1 Tim. 1:15); "... no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios" (1 Cor. 15:9).

¿El tener que luchar a cada paso contra los mismos pecados puede ser muy desalentador?

En efecto, en la vida de los hijos de Dios pueden haber quedado debilidades que están ahí en contra de su voluntad. Porque, cuando el Señor renueva el corazón, ellos desean dejar y odiar el pecado. Y desean de nuevo poder responder al objetivo para el que fueron creados: vivir para Su gloria. Sí, entonces nuestra súplica es: "Enséñame, oh Señor, Tu camino; caminaré yo en Tu verdad" (Salmo 86:11). Sin embargo, con qué frecuencia los hijos de Dios caen aun en el pecado contra el que luchan. ¿Cómo es eso posible? Porque los hijos de Dios aún llevan dentro de sí el viejo hombre. Es ese viejo principio vital que no pregunta por Dios. Que le arrastra hacia el mundo y al pecado. Y cuando ese nuevo principio vital, que el Señor deposita en el corazón con el nuevo nacimiento por medio de la fe en Jesucristo, no se ejerce, pueden caer fácilmente en el pecado. Esa es la gran batalla en la vida de la gracia. Pero así debemos aprender que no podemos luchar contra el pecado con nuestro propio poder. Así también aprendemos a vivir cada vez más en dependencia del Señor. Así también aprendemos a doblar nuestras rodillas e implorar para que Su poder sea perfeccionado en nuestra debilidad para luchar contra el pecado, el mundo y el diablo. Hasta que la lucha se cambie luego en victoria eterna.
read more “¿CREES DE VERDAD QUE TUS PECADOS TE SON PERDONADOS?”

EL LLAMADO A LA SALVACION

0 comentarios jueves, 2 de septiembre de 2010
Afortunadamente Dios no barrió al hombre hacia un lado y empezó de nuevo. El procuró salvar en vez de destruir. Génesis 1-11 muestra el relato de la huida rebelde del hombre de su Dios. El resto de
a Biblia es el relato de la búsqueda amorosa de Dios haciael hombre.

El llamado de Abraham

Dios comenzó con un hombre en Ur de los Caldeos. Abraham recibió el mandato divino: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré" (Gn. 12:1). Este hecho es una evidencia de que Dios no había abandonado su mundo. El un anuncio de la iniciativa divina para solucionar la rebelión humana y restaurar a la humanidad para que tenga compañerismo con él.

El comienzo de la historia de la salvación

El llamado a Abraham es el primer eslabón en lo que se llama historia de la salvación. La misma se refiere a esa serie de eventos en la vida e historia de Israel que llevó a la venida de Jesucristo el Salvador. Es la historia de la actividad salvadora de Dios de la cual dan testimonio el Antiguo y el Nuevo Testamentos. Hablar de la historia de la salvación no implica que la historia misma es la que salva. Más bien, significa que Dios ha actuado en una serie particular de eventos mundiales para lograr su propósito redentor. Dios es el único que salva, pero la historia es el escenario en el cual él logra sus metas. Génesis 12:1-3, por lo tanto, presenta la respuesta divina a la rebelión que se describe en Génesis 11. Es el eslabón entre Génesis 1:11 y el resto de la Biblia.

La relación de pacto

1.- Involucró una promesa.- La promesa de Dios a Abraham se revela en estas palabras: "Y haré de tí una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Gn. 12:2, 3). Esta promesa se repite en Génesis 15 y 17. Hay tres elementos que se influyen. Dios prometió dar a Abraham un hijo el cual seria el heredero de la promesa, darle numerosos descendientes y darle la tierra en la cual él habitaba.

Para confirmar la promesa, Dios estableció un pacto con Abraham. Un pacto es una relación especial iniciada por Dios con un individuo o nación. No es un contrato entre iguales. Entonces, como ahora, Dios es siempre el iniciador y él siempre es el soberano en la relación. El pacto de Dios empieza en su gracia, y es una promesa de su fidelidad. Al aceptar esta relación,

Abraham estuvo de acuerdo con las responsabilidades que traía aparejada.

El pacto fue sellado en una ceremonia solemne (Gn. 15:8-11). En los tiempos antiguos, las dos partes de un acuerdo mataban a uno o más animales y los cortaban en mitades. Estas mitades se colocaban una frente a otra y las dos partes caminaban entre ellas. Esto simbolizaba su acuerdo mutuo. También sugería que si alguno de ellos quebraba el pacto, iba a ser muerto como los animales (compare Jeremias. 34:18).

2.- Involucraba un propósito.- Debe mantenerse claro el proposito de Dios al llamar a Abraham. Su razón última incluyó el envío de su propio Hijo al mundo para la salvación de la humanidad. El llamado a Abraham tuvo el propósito de preparar al pueblo a través del cual el Hijo de Dios iba a venir. La elección de Dios de una persona fue para bendición de muchos: "Serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Genesis. 12:3). Toda la historia de la actividad salvadora de Dios está implícita en el pacto con Abraham. Por lo tanto, no es por accidente que los escritores del Nuevo Testamento trazaran la genealogía de Jesús hasta Abraham por medio de David (Mateo 1:1) y vieran en la venida de Jesús el resultado de esa promesa antigua (Levitico 1:72-73).
read more “EL LLAMADO A LA SALVACION”

LIBERTAD CON LIMITES.

0 comentarios
La salvación nos da libertad, pero esa libertad nos trae a su misma vez y responsabilidades, por lo mismo no debe ser usada como una licencia para o hacer lo correcto delante de la vista de Dios, a continuación les dejo un articulo muy interesante acerca de esa limitación:

Libertad dentro de límites

Aunque la libertad es real, Dios estableció los límites dentro de los cuales ha de ser ejercida. "Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" (Genesis. 2:16, 17). ¿Cuál era la razón para esa limitación? Juan Calvino sugirió que fue "no porque Dios quería que se descarriaran como ovejas, sin juicio y sin elección; sino para que no procuraran ser más sabios de lo que les correspondía, y porque al confiar en su propio entendimiento se desprenderían del yugo de Dios.

Sólo Dios sabe qué es bueno y qué es malo. El buscar conocer el bien y el mal aparte de Dios es establecer una justicia propia en vez de recibir la justicia que viene de Dios (ver Romanos 10:2-4). Es un uso de la libertad que va más allá de los límites que Dios estableció. Este abuso de libertad significa desafiar a Dios y cae dentro de la advertencia: "Ciertamente morirás" (Genesis. 2:17).

Entre las muchas lecciones que Israel aprendió de su rescate. hav dos de especial importancia

Primero Israel comenzó a aprender el significado de la Salvacion. El verbo "salvar" aparece por primera vez en Éxodo 14:30. El significado del término hebreo es "ser amplío/espacioso" o "desarrollar sin impedimento". El significado básico es libertad o victoria. En este contexto se refiere a la victoria de Dios sobre Faraón y la libertad que logró Israel por medio de la liberación de la esclavitud en Egipto. Sé usa en una amplia variedad de contextos en el Antiguo Testamento para denotar la victoria sobre los enemigos y el rescate de una situación peligrosa. El nivel más profundo de significado, sin embargo, se halla en aquellos contextos donde el énfasis es la salvación del pecado (por ejemplo, Salmos. 6:4; 86:1-5; Isaias. 45:21-23; 61:10).

Segundo, Israel aprendió que la salvación, es la obra de Dios. Solo él tiene el poder para salvar. A lo largo del Antiguo Testamento. Dios es el que interviene en la historia para vencer a sus enemigos y salvar a su pueblo. El es "esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción" (Jeremias. 14:8). Además, "Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve" (Isaias. 43:11). Conocer a Dios es conocerle como el Salvador. "No conocerás, pues, otro Dios fuera de mí, ni otro "salvador sino a mí" (Oseas. 13:4).

Además de la liberación del pueblo de su esclavitud en Egipto, el Éxodo tiene un significado mas grande. Señala más allá de si mismo a la continuación de la actividad salvadora de Dios en la historia. De esa manera, brinda una base para la esperanza de que Dios un día habría de completar lo que habia comenzado.

En la plenitud del tiempo hubo un "nuevo Éxodo" y fue cumplido por Aquel que era más grande que Moisés (He. 3:3).

Parrafos tomados del libro LA SALVACION OBRA DE DIOS, escrito por Bert Dominy, publicado por la casa Bautista de Publicaciones
read more “LIBERTAD CON LIMITES.”